miércoles, 17 de diciembre de 2014

Obaluwaye

Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para quienes lean estas lineas y las compartan en su entorno, pues ayudarán a reactivar nuestro Ifá Orisa.

Hoy hablamos de Babaluaiye, Sánpónná o Sankpana.

Este escrito está dedicado a los sacerdotes, omolorisas y seguidores para que dispongan de otra fuente de información por la que guiarse y aumentar con ello la capacidad de decidir la linea que desean seguir.

Sánpónná es la Deidad responsable de la pestilencia.
Este Irúnmolé es bien conocido por su rápido temperamento y su naturaleza furiosa. Además, es una Deidad muy correcta, honesta y sincera; que aborrece la trampa, la maldad y el crimen de cualquier naturaleza.
Para la mejor comprensión del tema, decidí utilizar parte del trabajo de investigación realizado por el fallecido awo cubano Adrián de Souza.
…Después que Olodumare creó a las esposas para las divinidades, la siguiente tarea era cómo hacerles tener hijos.
Cuando las divinidades descubrieron que Orúnmila había dado nacimiento a algunos hijos de otras, comenzaron a recurrir a él por ayuda.
Por ejemplo, adivinó para que Oggún tuviera siete hijos…. También para Osayin para tener como hijos a Remedio y a Hechizo. Pero Ikú (la muerte), estaba negado a ir donde Orúnmila por ayuda, porque este siempre estaba en desacuerdo con él, obstruyendo sus metas y objetivos. Por lo tanto Arun (enfermedad), su esposa, estuvo mucho tiempo sin tener hijos, hasta que decidió ella misma ir a ver a Orúnmila, quien realizó la adivinación y el sacrificio por ella y quedó embarazada al siguiente mes.
Primero nació Convulsión y luego nacieron cuatro hijos más: Contagio, Infección, Locura y Deformidad. Entre ellos dieron nacimiento a 603 nietos y bisnietos, que constituyen hoy las muchas enfermedades y padecimientos que sufrimos en la Tierra.
Mientras que estuvieron en el Cielo, los descendientes de la Muerte, fueron relativamente inofensivos. Fue la indagación del ser humano, guiado por la  codicia, lo que le llevó al contacto con las enfermedades.
...Una vez, un rey llegó a ser tan poderoso, que él mismo se dió el rango de Divinidad. Se llamaba Obaluwaye, "el que es el rey y es también el Dios del mundo".
Antes, ese hombre no era más que un simple cazador llamado Atakpa, que vivía del producto de su caza. Al ver que no le servía para sus fines, incursionó en la agricultura y más tarde en el comercio, pero todos sus esfuerzos resultaron fracasos colosales.
Como las divinidades habían regresado al Cielo a excepción de Orúnmila, Atakpa decidió ir por adivinación. Le fue dicho que su prosperidad dependía de la caza y a ella debía regresar.
En aquel momento, el arma de fuego ya había llegado a la Tierra. Atakpa fue el primer ser humano que usó el arma de fuego para cazar y fue tanto el éxito que tuvo en el uso de la escopeta, que llegó a ganarse el nombre de Atákpa Olori Ode, el generalísimo de todos los cazadores.
Ya era próspero, pero su modesta fortuna no era suficiente para satisfacerle.
Esto coincidió con el momento en que los hijos de la Muerte estaban siendo transportados al mundo en el interior de los intestinos de un animal amorfo que era más grande que un elefante.
Un día Atákpa Olori Ode fue al bosque con su escopeta y vio al colosal animal. Cuando le apuntó, el animal le pidió que no disparara y le dijo que a cambio podía pedirle lo que quisiera. El hombre respondió que quería tener una cantidad incontable de dinero y el animal le dijo que volviera a su casa donde le estaría esperando una gran cantidad de dinero. Y así fue. Pocos dias después, regresó al mismo lugar y encontró allí al animal quien le preguntó qué más quería. El hombre pidió tener muchos sirvientes y esposas. Al regreso a casa encontró todo lo deseado.
No satisfecho aún, regresó al bosque una vez más, para pedirle al animal que quería ser rey.
Como las veces anteriores, le respondió que fuera para su casa y allí
encontraría a su pueblo reunido para coronarlo rey, el primer rey coronado
por el hombre.
Éntonces Atákpa fue a agradecer a Orúnmila por la eficaz adivinación y ofrenda ejecutadas por él. Orúnmila, después,  le advirtió que no regresara jamás al bosque a pedir algún otro favor al animal y que nunca, bajo ningún concepto le disparara, porque su estómago contenia muchas calamidades
que saldrían al exterior si se exterminaba a aquella criatura deforme y
grande.
Él sólo hizo caso del consejo de Orúnmila durante veintiún días. Después de ese tiempo, incluso siendo rey, regresó al bosque con su escopeta sólo para ver si el animal permanecía allí esperando para derramar su veneno sobre la Tierra y llevando su avaricia a grado extremo, le pidió que lo convirtiera en Olodumare.
El animal le replicó que él no era capaz de conferirle esa gracia porque solamente existía un Olodumare que estaba en orun, el Cíelo, y entonces Atakpa Olori Ode le amenazó con dispararle si no le concedía ese favor. El animal le dijo que disparara, él apretó el gatillo y de un disparo la víctima cayó muerta al suelo. Atakpa Olori Ode regresó a su casa para invitar a su gente a ir al bosque y picar el animal y ante todos se proclamó él mismo Dios del universo (Obaluwaye), por la hazaña de matar al animal. Sin embargo, sin saberlo, iba a disfrutar ese título postumamente.
Cuando todos fueron al lugar donde había caído el animal sólo vieron un montón de gusanos. Inmediatamente el rey enfermó y pronto comenzó a delirar y a pronunciar discursos incoherentes, que marcaron el inicio de la locura en la Tierra, tanto él como los que se lanzaron al bosque guiados por él, fueron atacados por los gusanos e instantáneamente afectados con todos los tipos de enfermedades, algunas desconocidas aún en la actualidad.
Obaluwaye murió esa misma noche. Muchos murieron aquejados por lo que hoy conocemos como viruela, varicela, peste, tos, etc. y aunque fueron los primeros en sufrir aquel desastre no fueron los únicos, pues todas las enfermedades se esparcieron por el mundo conocido.
La familia de Orúnmila también fue afectada, pero gracias al uso del encantamiento para recordar a los dispersadores de las enfermedades que él fue quien realizó la adivinación y ofrenda en el Cielo para facilitarle a la abuela de ellos tener sus cinco hijos (padres de las enfermedades existentes), hizo que rápidamente les dejaran en paz, prometiendo no atacar nunca a sus hijos en el futuro.
Cuando las otras personas vieron como la familia de Orúnmila fue milagrosamente curada mientras miles morían diariamente, fueron a él en tropel para lograr la salvación mediante la adivinación.
Orúnmila declaró que fue Atakpa quien causó el problema que se había expandido a todos producto de su insaciable avaricia. Y aconsejó que regresaran al lugar donde fueron atacados por los gusanos para servir a Eshu. También recomendó que regresaran a sus casas con todo lo que encontraran en el sitio de los hechos.
Con rapidez hicieron lo que se les dijo. Después de ofrendar, escucharon una voz que hablaba desde dentro de una calabaza cubierta que les dijo lo que debían hacer para que sanaran y que su nombre era Sankpana.
Esa es la razón por la que hoy algunas personas intercambian el nombre de Obaluwaye con el de Sankpana.
En Cuba el nombre de Obaluwaye se conoce como Babaluaye,  por lo que realmente Babaluaye, Obaluwaye, Pata llaga, etc., no son más que nombres pertenecientes al mismo oricha, Sankpana.

Y hasta aquí por hoy egbón ati aburos!
Seguimos divulgando para crecer.
Mo foribale Ifá Orisa.
Okanbi

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