miércoles, 26 de octubre de 2016

Ifá Orisa y las Cenizas Humanas

Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para los seguidores de estos escritos, que tienen el objetivo de divulgar y promover una interpretación de las enseñanzas de Ifá, a partir de las historias de sus odus, acorde a los criterios y conceptos de convivencia actuales.
Hoy aprovecho una coincidencia especial, pues ayer leía los criterios de Leonel Gámez Osheniwo, escritos por Águila de Ifá, sobre la Incineración de los Olorisas y Babalawos; y hoy aparecen en las noticias los criterios del Vaticano sobre el mismo asunto.
Veamos:
En Cuba la Iglesia Católica ha sido la dominante y nunca aceptó la incineración, ni que lanzaran las cenizas al mar o a un río. Los cuerpos debían estar en un lugar sagrado o en un cementerio". Eso se impuso como norma y se ha mantenido hasta nuestros días, sin ningún análisis.
  En otras culturas, sin embargo, ha existido la costumbre de guardar las cenizas de los difuntos hasta en las habitaciones donde duermen sus familiares. Hoy en día se incineran los animales queridos y se trata sus cenizas, como si de los familiares se tratase. 
En el marco de las religiones afrocubanas, esto tiene otro carácter. Nuestros ancestros, quizás influenciados por la Iglesia Católica, enseñaban que el cuerpo humano debía volver a la Tierra, igual que todos los elementos que sobre ella habitan, como tributo a lo que ella nos da. 
Pero en estos tiempos, de análisis, vemos que no existe nada que explique el por qué no se pueda incinerar, pues, como aportan Leonel y el Águila... lo cierto es que cuando mueres, ya le das tu vida a la tierra, y cerraste el ciclo. Sólo se ha mantenido como tradición y como tabú. 
Pienso que, en el caso de los omolorisas, el asunto es el tiempo y la forma de realizar el Itutu, que es donde se libera a Ori de los compromisos terrenales adquiridos y se conoce la situación espiritual del difunto, así como el destino de los atributos religiosos. 
Quizás la sopera de la imagen, sea una muy buena solución, presente y futura, para los omolorisas y para el resto de los humanos, dado el poco espacio que va quedando en Ilè (la tierra) para albergarnos a todos, tanto encima como adentro.   
Hay que adaptar los criterios religiosos y de vida, a las nuevas situaciones.

Y hasta aquí por esta vez egbón ati aburos.
Seguimos divulgando para mejorar nuestras prácticas
Mo foribale Ifá Orisa
Okanbi

sábado, 15 de octubre de 2016

Oshe Odi y A§édi

Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para los seguidores de este blog. 
Cuento con ustedes para conseguir que se conozca su contenido y contribuir a difundir, de manera comprensible, los objetivos de nuestras prácticas.

En el escrito de hoy me refiero al libro La Lengua Ritual Lúkúmi, del awo Víctor Betancourt, que brinda importante información para la comprensión de palabras rituales, conceptos  y objetivos de  quienes seguimos esta filosofía-religión.
Como ponen de manifiesto las investigaciones, las condiciones naturales y sociales que encontraron nuestros ancestros, en su condición de esclavos, les obligaron a introducir muchas variaciones en sus prácticas; variaciones que, a día de hoy, según mi modesto criterio; no han cesado.  

Si analizamos el odu Oshé Odi (Oshedí) podemos aprender de Ifá que:
El impulso hacia la abundancia material crea problemas que impiden alcanzar el bienestar.
Contrario a lo admitido popularmente, el dinero y las joyas no son los bienes más importantes para los seres humanos. Los medios de defensa  ocupan el primer lugar.

En su libro, Víctor Betancourt nos aporta:
A§edí (ashedí) - Se le denomina al dinero (owó, ajé) que se paga en compensación a los trabajos rituales...  Es vulgarmente conocido como el "derecho del santo o de la consulta".... Nuestros antepasados creían que el dinero tenía facultades espirituales para modificar los acontecimientos, según se narran en muchas de las fábulas y leyendas.
El dinero pasa de una persona a otra y el mal de uno, a través del dinero, va a parar a otro. Es esencial su presencia en la adivinación pues, él vive en muchos bolsillos y casas y todo lo sabe, está presente en todo, decían muchos de nuestros abuelos. No le daban mucho sentido material sino espiritual. También, por otra parte, le atribuían poderes destructivos por lo que se exigía entregarlo envuelto en papeles utilizados para envolturas y en hojas de malanga (ewé ikoko).
  Se dice que E§u, quien está pendiente de las compensaciones, exige la quinta parte de nuestras ganancias o cinco monedas como pago. Desde tiempos antiguos los derechos mantenían esa normativa. Las consultas primero, eran 0.05 (cinco centavos); épocas posteriores 1.05 (un peso, cinco centavos); luego siguió aumentando a 2.10, 3.15, 4.40, 5.35, 7 .35, 8.40, 9.45 hasta 16.80. En la actualidad el derecho es a capricho y potestativo.
   El dinero también se dividía en partes y luego se repartía de la mejor forma. En toda la literatura antigua aparece: owó la méjo, owó la méta, etc. Esto era el dinero dividido en ocho y el dinero dividido en tres.

Así que, aunque la cantidad a pagar, hoy en día, es un acuerdo entre las partes interesadas, es responsabilidad del sacerdote, la forma en que lo define y lo recibe, para evitar  malas consecuencias.

Y hasta aquí esta vez egbón ati aburos.
Mo foribale Ifá ati Orisa.
Okanbi


lunes, 10 de octubre de 2016

El ayewo de Oshe Meji


 Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para quienes lean estas letras y las divulguen en su entorno, porque contribuirán a que nuestro Ifá Orisa consiga el lugar que merece.

Hoy hablamos del daño que se provoca a Ifá Orisa cuando el impulso hacia el dinero remplaza al espíritu como forma de motivación.

Tras varias semanas sin escribir, ocupado en diversos temas, pensé que la costumbre extendida del 4 de octubre como día de Orúnmila (Ifá), sería una buena ocasión para compartir criterios personales con la creciente comunidad de awos, pero no ha sido hasta hoy que logré encontrar detalles de interés.
Los constantes cambios en la sociedad global actual, obligan a un análisis y actualización de los principios que rigen Ifá Orisa y sus ceremonias, para lograr crear nuevos conceptos que nos ayuden, por fin, a desarrollar nuestras prácticas sin constantes ataques, y que nuestros seguidores sean vistos, por parte del entorno, como un modelo a seguir, debido a sus conocimientos y actuaciones. 
  Sin dudas, se necesita  información y análisis para conseguirlo.
Ambas, cosas se pueden encontrar en los resultados de las investigaciones y estudios de Awos como Adrian de Souza y Leonel Gámez, ambos fallecidos, lamentablemente.
Hoy, como homenaje al trabajo de Leonel Gámez, Osheniwo, en el primer aniversario de su muerte, compartiré estas letras que le dedicara Águila de Ifá, su compañero y hermano, quien a día de hoy se ocupa de publicar sus escritos.
.......En estos pocos meses de tu muerte, yo estoy como en una densa niebla. Nada es como yo lo creía. Tu ausencia es pesada… Muy pesada. Cuando perdemos a alguien a quien queremos, debemos aprender… No a vivir sin ellos, sino a vivir con el amor que dejaron detrás. Tu amor por nuestra religión y por nuestras tradiciones, para que hubiese unión y armonía, es algo que ahora no puedo conciliar. Muchos de esos que otrora te adulaban y aplaudían, hoy te han querido hacer daño manchando tu nombre y tu memoria, a pesar que venían a beber a la fuente de tu conocimiento. ¿Cómo puedes conciliar con personas que no han sido otra cosa que un nido de víboras? Dice Eyiogbe, que hagamos bien y no miremos a quien. Seguiré tu causa y tu legado, en lo mejor que esté en mis manos, para mostrarlo al mundo, así como también mostraré la verdad de los hechos de tu muerte. Me has dejado una carga pesada. Nuestra religión, ha sido secuestrada. La secuestraron comerciantes y facinerosos, cuyo único interés se centra en el dinero y no en nada religioso. Seguiré el plan original de enseñar a los más jóvenes, para que estos se encarguen de limpiar nuestra religión y sean ellos quienes poden, las ramas podridas que parecen invadirnos. Solo espero no fallarte. Por tu parte mi querido hermano, te pido descansar en paz, porque mientras viviste, diste lo mejor de ti para mostrarnos un camino a seguir, siempre apegado a las enseñanzas de nuestros viejos, de quienes tú, hoy en día, formas una parte importante.
“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad”. Nelson Mandela

Y hasta aquí por hoy egbón ati aburos.
Mo foribale Ifá Orisa
Okanbi