miércoles, 27 de septiembre de 2017

Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para quienes lean estas letras.
  Hace mucho que no aparezco por estas vías, debido al estudio diario y el trabajo frecuente.
Pido disculpas por no haber respondido debidamente a las demandas de quienes piden información, pero en estos tiempos y en este entorno, considero imprescindible ir con cautela en la divulgación de mi interpretación sobre los conceptos y enseñanzas de Ifá Orisa, para evitar las situaciones que provocan las críticas por criterios opuestos y demás.
Cuando termine el trabajo actual, iré aportando detalles.



Hoy quiero dedicar estas letras a la memoria de Adriano Rodríguez. Un hombre negro y humilde, nacido el 27 de septiembre del 1923 en Guanabacoa, barrio emblemático de La Habana, Cuba.
Adriano trajo de nacimiento una virtud excepcional para la segunda voz.
Desde niño, y hasta su muerte, se mantuvo activo como cantante.
En el día de su segundo cumpleaños, tras  su partida, le pido que además de obtener elevación espiritual y luz; contribuya, junto a otros tantos músicos cubanos y latinos, a no dejar perder las bellas tradiciones musicales de sus épocas, que nos identificaron en todo el mundo. Sin impedir, por supuesto, las tendencias de las nuevas generaciones.