Mis mejores deseos para quienes lleguen estas líneas!
Hoy hablamos de los odus (signos) Isalayes
Cuando se toma la decisión de aprender sobre Ifá Orisa como filosofía, hay que realizar un viaje a la raíz, que comienza por leer diversos libros, entre los que destaca Las 16 Esencias Básicas, de Adrián de Souza, 1996.
En él encontramos información que provoca interés por conocer el origen de las cosas, sin detrimento de los conceptos afrocubanos usados para su práctica. Su lectura y análisis nos hará reflexionar sobre la conveniencia y necesidad de saber.
Entre los aspectos importantes, destacan los llamados Isalaye, a los que me refiero hoy.
Ante todo, aclaro que siguiendo mi costumbre, busqué en los diccionarios a mi alcance el significado de la palabra, para tener una idea.
Isalaye, en términos filosóficos, según explica Adrián, awo Ogbe Oshé, investigador de Ifá Orisa fallecido recientemente, es la energía astral que se hace acompañar por las divinidades. Es el movimiento entre 2 puntos distantes, como el cielo y la tierra.
En términos prácticos, lo entendí como el odu que contiene y transmite la energía de una Deidad; y que tiene la utilidad práctica de representarle, cuando no está el fundamento en el lugar en que se realiza la acción. Esto también lo comprobé.
Explicado el detalle, voy al motivo del escrito de hoy, que es comentar sobre el odu Odi Okana, isalaye de Olokun, deidad que rige el año en curso.
Es una de las deidades más peligrosas y poderosas de Ifá Orisa. Olokun es el dueño del océano, el verdadero dueño de las profundidades del mar, donde aún nadie ha podido llegar y por tanto se desconoce lo que guarda. De carácter compulsivo, misterioso y violento, representa el mar en su estado más aterrador. Tiene la capacidad de transformarse. Es temible cuando se enfurece. Se le relaciona con los secretos de la vida y de la muerte.
Como sabemos, cada odu tiene sus historias, y las interpretaciones que de ellas aparecen en el llamado dice Ifá, por el que nos hemos guiado la mayoría de los awos afrocubanos. Pero también las partes (patas) que forman los odus, brindan detalles a tener en cuenta. Según este criterio, veamos lo que nos muestra Odi Okana.
La creación de nuevas formas o estructuras, a partir de las existentes, con la humildad personal obtenida por el balance entre emoción y pensamiento, o aferrarse al pasado y sus formas por incapacidad para realizar los cambios necesarios.
El odu que rige el año actual es Ejiogbe, que según el mismo criterio, expresa: El camino abierto lleva a la evolución productiva.
Define la creación de un camino y aconseja estar vigilante para no perder el buen carácter y evitar la arrogancia, que es su manifestación negativa.
De modo que el odu Òdún (signo del año) habla de la necesidad de un nuevo camino en la evolución, mediante la creación de nuevos sistemas y formas, teniendo en cuenta las existentes y manteniendo el balance entre emoción y pensamiento, es decir evitando la violencia.
Las ofrendas a Olokun son una vía para que ayude y propicie que se haga realidad.
Sin embargo, observamos que no hemos sido capaces de aplacar a Olokun, ni lograr su apoyo; como respuesta, nos muestra el mar en su estado más aterrador, misterioso y violento; y la creación de un nuevo sistema es cada vez menos viable porque la violencia y la arrogancia de los seres humanos impiden realizar los cambios necesarios para conseguirlo.
El mensaje de Ifá Orisa es claro, lo demás está en nuestras manos.
Y hasta aquí por hoy, egbón y aburos.
Seguimos divulgando para aprender.
Mo foribale Ifá Orisa
Okanbi
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