Aboru Aboye (Iboru Iboya)
Tras mi escrito
anterior recibí muchos mensajes de
felicitación, que agradezco mucho.
También recibí mensajes
de personas interesadas en los detalles de los días de la semana y sus
características.
Los días de la semana
son un detalle importante, que no siempre se tiene en cuenta, para ofrendas e
iniciaciones.
Hoy, que celebro un año
más en que fui consagrado en Ifá por mis oluwos Florentino Pantaleón omo
Ejiogbe y Jesús Ramos, Iroso Ogunda , me
regalo este análisis personal y lo comparto con quienes deseen informarse y
usarlo como un nuevo detalle para contribuir al crecimiento de nuestro Ifá
Orisa.
Buscando los nombres de los días de la
semana, en Google se puede leer:
Quién
creó los días de la semana?
Para conocer el origen
de los días de la semana tenemos
que remontarnos a la antigua cultura romana. Tuvieron la idea de dedicar cada
uno de los siete días de la semana a
sus siete “dioses visibles” en el cielo: Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno.
Qué
significan los 7 días de la semana?
La explicación más
comúnmente aceptada del predominio del 7 en el contexto religioso
es que los antiguos
veían siete planetas en el cielo: el Sol, la Luna, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter
y Saturno, señala Bellos.
Los Babilonios fueron
uno de esos pueblos que asociaron
el número 7 con los
cuerpos celestes.
Qué
significan los nombres?
Los nombres de los días provienen de
siete objetos celestiales que los antiguos mesopotámicos veían moverse en el
cielo, y los romanos adoptaron esta medida dando nombre a los días:
Luna (Lunes, de Lunae dies), Marte (Martes, de Martis dies)... Sol (primero
Solis dies, luego Domingo por influjo cristiano).
En el diccionario DRAE se puede leer:
Domigo: De la expresión latina dies Dominĭcus (día del señor).
Lunes: De la expresión latina dies Lunae (día de la Luna).
Martes: De la expresión latina dies Martis (día de Marte).
Miercoles: De la expresión latina dies Mercŭri (día de Mercurio).
Jueves: De la expresión latina dies Iovis (día de Júpiter).
Viernes: De la expresión latina dies Veneris (día de Venus).
Sabado: De la expresión latina dies Saturni (día de Saturno).
Como se puede ver, ninguno informa sobre las culturas africanas.
La cultura Yòrùbá, igual que otras de su tiempo, nombró los días de la semana según sus creencias y vivencias, y por eso el Oráculo de Ifá habla de los días de la semana y de la importancia de cada uno de ellos.
En Okana Ofun se enseña que:
En Orun (el cielo),
Olódùmàré convoca a 401 Irúnmolè (fuerzas en
la Naturaleza) ubicándoles en un jardín llamado Ogba
àse (jardín del poder ), donde previamente había derramado los 16 odù (las fuerzas fundamentales de la
creación en el universo).
Oloddumare
dio instrucciones a los Irunmoles que se quedaran en Ogba àse por siete días y que esos 16
odú, debían ser utilizados durante la permanencia en el jardín, para expresar
cualquier pedido o deseo positivo y todas las peticiones se harían realidad,
advirtiendo que analizaran cada pedido, puesto que las malas resoluciones no
serían concedidas.
Al amanecer del primer
día, Èsù Odara rogó, pidiendo riquezas de todo tipo y deseando progreso y
prosperidad para todo el lugar; e instantáneamente, por todo el jardín
aparecieron riquezas de indescriptibles proporciones.
En gran jubileo, los Irùmolè invitados por
Olódùmàré al Ogbà Àse , decidieron compartir con los Irùmolè que habían quedado
fuera, desparramando luego, el resto de las riquezas por todo el universo.
Ese proceso de
adquisiciones y propagación de riquezas dentro y fuera del jardín, les ocupó
todo un día de trabajo.
Esa noche, Olódùmàré les
llamó y tras escucharles narrar sus acciones del día, decidio llamarlo Ojó Ajé (día de los éxitos financieros y riquezas).
A la mañana del segundo
día los Irunmoles se levantaron y comenzaron
a orar dentro del jardín. Mientras tanto, los que habían quedado fuera, se
abalanzaban hacia ellos pidiendoles más riquezas.
Los reclamos eran cada
vez más feroces, por lo que los Irùnmolè del jardín, deciden pedir la victoria
sobre los contrincantes. Sus deseos fueron inmediatamente concedidos y así fue
como los invasores debieron retroceder y alejarse.
Al finalizar el día y
mientras todos narraban lo sucedido, Olódùmàré les preguntó si realmente sentían la victoria
sobre sus contrincantes y los Irunmole respondieron que así era. Entonces les
dijo que llamaría a ese día Ojó Íségun (el
día del triunfo).
Felices con su
victoria, los Irunmole se fueron a dormir.
Al tercer día, les despertó
una fuerte tempestad. Un viento fuerte y frío soplaba en el jardín, las
riquezas eran arrasadas por el vendaval que se desataba sobre ellos, arrasando
a su paso con árboles, flores y frutos.
Ante la situación, sólo
atinaron a refugiarse en los huecos de las montañas que se alzaban por el
lugar. Tanto fue el miedo y la desorientación que ninguno recordó que debía
rezar y pedir para que la tempestad cesara y poder entonces continuar con el
orden del día.
Las horas pasaron y
cuando llegó la noche narraron a Olódùmàré, muy confusos, lo sucedido, y tras
escuchar atentamente sus miedosos lamentos, dio en llamar a ese día Ojó Rírú, (día de la confusión) y les recordó que
tal confusión habría sido fácilmente controlada si hubieran rezado con fuerza
por aquello que desearan.
Al cuarto día, muy
temprano en la mañana, los Irunmoles
suplicaron por abundancia, tranquilidad y bienestar. Rezaron por todas las
cosas buenas de la vida, por el progreso y todas estas cosas sucedieron.
Hubo lluvia, y los nuevos
cultivos y la vegetación comenzaron a crecer retornando el lugar a su
normalidad. Todos los Irunmoles se pusieron felices. En la tarde estuvieron de
acuerdo en que ese era el mejor día, y cuando Oloddumare les preguntó, le dijeron
que el día había sido muy compensatorio. Entonces el día fue nombrado Öjó Àsèsé dáyé u Öjó Öjòbo (día de la
realización).
Oloddumare entonces les
dijo que se preparan para un largo viaje que sería hecho al siguiente día.
Temprano en la mañana del quinto día, todos
rezaron por un viaje seguro a su destino. La distancia fue astronómica pero el
viaje de ida fue seguro hasta el
destino. Pero en el viaje de retorno, hubo todo tipo de dificultades. Ellos
llegaron al punto de dudar si iban a poder regresar a Ögbà Àšë. Llamaron a
todos los poderes a su disposición y fueron capaces de llegar al jardín al
morir la noche. Entonces juraron nunca
volver a hacer un viaje en ese día, porque el éxito del viaje fue muy dudoso.
Por la experiencia, Oloddumare llamó a ese día Öjó-Eti
(día de los problemas o turbulencias).
Al sexto día Elá (Orunmila) llamó a Echu Odara
y le propuso que controlara las riquezas del universo, mientras que él controlaría
el flujo de esas riquezas por medio de sacrificios y rituales, porque si mucho
es concentrado en una mano, esa mano haría conducir al mal uso o al abuso; y donde unos seres no tienen suficiente, les será
concedido a través de rituales y sacrificios.
Echu se molestó por
esta sugerencia y se enfrascó en una pelea, pero dándose cuenta que no podía
vencer solo a Elá, Echu se reunió con los otros Irunmoles y les hizo tres
proposiciones.
1.- que Elá (Orunmila) nunca debería sobrevivir a
la pelea;
2.- que si Elá sobrevivía, nunca debió progresar;
3.- que si Elá progresaba, que nunca fuera capaz
de regresar al Ìkölé Örún (cielo), cuando ellos dejaran Ìkölé ayé (la tierra).
Al final del día, los
Irunmoles le informaron a Oloddumare en el jardín que sus deseos no se debían
cumplir, porque desobedecieron las instrucciones de nunca hacer resoluciones negativas. Aún asi,
Oloddumare llamó el día Öjó Àbaméta (día de
las resoluciones maléficas).
Al séptimo día, Elá
salió lleno de vida y poder. Dio bendiciones a todos los Irunmoles, incluyendo
a Echu. Ellos lo aceptaron, y el desacuerdo entre Elá y Echu fue arreglado.
Oloddumare entonces decidió
hacer a Elá el líder de todos los Irunmoles y les dio a los Irunmoles vida
eterna. Consecuentemente, el día fue llamado Öjó
Àìkú (día de la Longevidad).
Así que los días de la semana en lengua
yoruba son:
Lunes -Ojó Ajé: Día de
éxitos financieros y riqueza.
Martes - Ojó Ìségun: Día
de la victoria y los triunfos.
Miércoles - Ojó Rírú: Día
de la confusión.
Jueves - Ojó Bó: Día de
las realizaciones.
Viernes - Ojó Etì: Día de las complicaciones.
Sábado - Ojó Àbáméta: Día de las resoluciones.
Domingo - Ojó Áíkú: Día
de la longevidad.
Y
hasta aquí por esta vez, Abure ati egbón.
Ifá
Orisa necesita ser respetado y admitido como las otras creencias y para lograrlo
debemos aportar detalles de conocimiento y actualidad.
Ma
ferefun Orúnmila ati Bogbo Orisas!
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