viernes, 18 de diciembre de 2020

Los días de la Semana, en lengua yoruba

Oyire Abure. 

Aboru Aboye (Iboru Iboya)

Tras mi escrito anterior  recibí muchos mensajes de felicitación, que agradezco mucho.

También recibí mensajes de personas interesadas en los detalles de los días de la semana y sus características.

Los días de la semana son un detalle importante, que no siempre se tiene en cuenta, para ofrendas e iniciaciones.

Hoy, que celebro un año más en que fui consagrado en Ifá por mis oluwos Florentino Pantaleón omo Ejiogbe  y Jesús Ramos, Iroso Ogunda , me regalo este análisis personal y lo comparto con quienes deseen informarse y usarlo como un nuevo detalle para contribuir al crecimiento de nuestro Ifá Orisa.

  Buscando los nombres de los días de la semana, en Google se puede leer:

Quién creó los días de la semana?

Para conocer el origen de los días de la semana tenemos que remontarnos a la antigua cultura romana. Tuvieron la idea de dedicar cada uno de los siete días de la semana a sus siete “dioses visibles” en el cielo: Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Qué significan los 7 días de la semana?

La explicación más comúnmente aceptada del predominio del 7 en el contexto religioso es que los antiguos veían siete planetas en el cielo: el Sol, la Luna, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno, señala Bellos.

Los Babilonios fueron uno de esos pueblos que asociaron el número 7 con los cuerpos celestes.

Qué significan los nombres?

Los nombres de los días provienen de siete objetos celestiales que los antiguos mesopotámicos veían moverse en el cielo, y los romanos adoptaron esta medida dando nombre a los días: Luna (Lunes, de Lunae dies), Marte (Martes, de Martis dies)... Sol (primero Solis dies, luego Domingo por influjo cristiano).

En el diccionario DRAE se puede leer:

Domigo: De la expresión latina dies Dominĭcus (día del señor).

Lunes: De la expresión latina dies Lunae (día de la Luna).

Martes: De la expresión latina dies Martis (día de Marte).

Miercoles: De la expresión latina dies Mercŭri (día de Mercurio).

Jueves: De la expresión latina dies Iovis (día de Júpiter).

Viernes: De la expresión latina dies Veneris (día de Venus).

Sabado: De la expresión latina dies Saturni (día de Saturno).

Como se puede ver, ninguno informa sobre las culturas africanas.

La cultura Yòrùbá, igual que otras de su tiempo, nombró los días de la semana según sus creencias y vivencias, y por eso el Oráculo de Ifá habla de los días de la semana y de la importancia de cada uno de ellos.

En Okana Ofun se enseña que:

En Orun (el cielo), Olódùmàré convoca a 401 Irúnmolè (fuerzas en la Naturaleza) ubicándoles en un jardín llamado Ogba àse (jardín del poder ), donde previamente había derramado los 16 odù (las fuerzas fundamentales de la creación en el universo).

Oloddumare dio instrucciones a los Irunmoles que se quedaran en Ogba àse por siete días y que esos 16 odú, debían ser utilizados durante la permanencia en el jardín, para expresar cualquier pedido o deseo positivo y todas las peticiones se harían realidad, advirtiendo que analizaran cada pedido, puesto que las malas resoluciones no serían concedidas.

Al amanecer del primer día, Èsù Odara rogó, pidiendo riquezas de todo tipo y deseando progreso y prosperidad para todo el lugar; e instantáneamente, por todo el jardín aparecieron riquezas de indescriptibles proporciones.

 En gran jubileo, los Irùmolè invitados por Olódùmàré al Ogbà Àse , decidieron compartir con los Irùmolè que habían quedado fuera, desparramando luego, el resto de las riquezas por todo el universo.

Ese proceso de adquisiciones y propagación de riquezas dentro y fuera del jardín, les ocupó todo un día de trabajo.

Esa noche, Olódùmàré les llamó y tras escucharles narrar sus acciones del día, decidio llamarlo Ojó Ajé (día de los éxitos financieros y riquezas).

A la mañana del segundo día los Irunmoles se levantaron y comenzaron a orar dentro del jardín. Mientras tanto, los que habían quedado fuera, se abalanzaban hacia ellos pidiendoles más riquezas.

Los reclamos eran cada vez más feroces, por lo que los Irùnmolè del jardín, deciden pedir la victoria sobre los contrincantes. Sus deseos fueron inmediatamente concedidos y así fue como los invasores debieron retroceder y alejarse.

Al finalizar el día y mientras todos narraban lo sucedido, Olódùmàré  les preguntó si realmente sentían la victoria sobre sus contrincantes y los Irunmole respondieron que así era. Entonces les dijo que llamaría a ese día Ojó Íségun (el día del triunfo).

Felices con su victoria, los Irunmole se fueron a dormir.

Al tercer día, les despertó una fuerte tempestad. Un viento fuerte y frío soplaba en el jardín, las riquezas eran arrasadas por el vendaval que se desataba sobre ellos, arrasando a su paso con árboles, flores y frutos.

Ante la situación, sólo atinaron a refugiarse en los huecos de las montañas que se alzaban por el lugar. Tanto fue el miedo y la desorientación que ninguno recordó que debía rezar y pedir para que la tempestad cesara y poder entonces continuar con el orden del día.

Las horas pasaron y cuando llegó la noche narraron a Olódùmàré, muy confusos, lo sucedido, y tras escuchar atentamente sus miedosos lamentos, dio en llamar a ese día Ojó Rírú, (día de la confusión) y les recordó que tal confusión habría sido fácilmente controlada si hubieran rezado con fuerza por aquello que desearan.

Al cuarto día, muy temprano en la mañana, los Irunmoles suplicaron por abundancia, tranquilidad y bienestar. Rezaron por todas las cosas buenas de la vida, por el progreso y todas estas cosas sucedieron.

Hubo lluvia, y los nuevos cultivos y la vegetación comenzaron a crecer retornando el lugar a su normalidad. Todos los Irunmoles se pusieron felices. En la tarde estuvieron de acuerdo en que ese era el mejor día, y cuando Oloddumare les preguntó, le dijeron que el día había sido muy compensatorio. Entonces el día fue nombrado Öjó Àsèsé dáyé u Öjó Öjòbo (día de la realización).

Oloddumare entonces les dijo que se preparan para un largo viaje que sería hecho al siguiente día.

  Temprano en la mañana del quinto día, todos rezaron por un viaje seguro a su destino. La distancia fue astronómica pero el viaje  de ida fue seguro hasta el destino. Pero en el viaje de retorno, hubo todo tipo de dificultades. Ellos llegaron al punto de dudar si iban a poder regresar a Ögbà Àšë. Llamaron a todos los poderes a su disposición y fueron capaces de llegar al jardín al morir la noche. Entonces  juraron nunca volver a hacer un viaje en ese día, porque el éxito del viaje fue muy dudoso. Por la experiencia, Oloddumare llamó a ese día Öjó-Eti (día de los problemas o turbulencias).

 Al sexto día Elá (Orunmila) llamó a Echu Odara y le propuso que controlara las riquezas del universo, mientras que él controlaría el flujo de esas riquezas por medio de sacrificios y rituales, porque si mucho es concentrado en una mano, esa mano haría conducir al mal uso o al abuso;  y donde unos seres no tienen suficiente, les será concedido a través de rituales y sacrificios.

Echu se molestó por esta sugerencia y se enfrascó en una pelea, pero dándose cuenta que no podía vencer solo a Elá, Echu se reunió con los otros Irunmoles y les hizo tres proposiciones.

1.-  que Elá (Orunmila) nunca debería sobrevivir a la pelea;

2.-  que si Elá sobrevivía, nunca debió progresar;

3.-  que si Elá progresaba, que nunca fuera capaz de regresar al Ìkölé Örún (cielo), cuando ellos dejaran Ìkölé ayé (la tierra).

Al final del día, los Irunmoles le informaron a Oloddumare en el jardín que sus deseos no se debían cumplir, porque desobedecieron las instrucciones de  nunca hacer resoluciones negativas. Aún asi, Oloddumare llamó el día Öjó Àbaméta (día de las resoluciones maléficas).

Al séptimo día, Elá salió lleno de vida y poder. Dio bendiciones a todos los Irunmoles, incluyendo a Echu. Ellos lo aceptaron, y el desacuerdo entre Elá y Echu fue arreglado.

Oloddumare entonces decidió hacer a Elá el líder de todos los Irunmoles y les dio a los Irunmoles vida eterna. Consecuentemente, el día fue llamado Öjó Àìkú (día de la Longevidad).

Así que los días de la semana en lengua yoruba son:

Lunes -Ojó Ajé: Día de éxitos financieros y riqueza.

Martes - Ojó Ìségun: Día de la victoria y los triunfos.

Miércoles - Ojó Rírú: Día de la confusión.

Jueves - Ojó Bó: Día de las realizaciones.

Viernes - Ojó Etì: Día de las complicaciones.

Sábado - Ojó Àbáméta: Día de las resoluciones.

Domingo - Ojó Áíkú: Día de la longevidad. 

Y hasta aquí por esta vez, Abure ati egbón.

Ifá Orisa necesita ser respetado y admitido como las otras creencias y para lograrlo debemos aportar detalles de conocimiento y actualidad.

Ma ferefun Orúnmila ati Bogbo Orisas!

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