Aboru Aboye!
Mis mejores deseos para quienes lean estas letras!
Tras un tiempo sin escribir, hoy lo hago para comentar un evento muy agradable, que además, me impulsa para continuar promoviendo el conocimiento y el estudio de nuestra filosofía ancestral.
Tuvo lugar hace pocos minutos, entre una joven omolorisa recién consagrada en Cuba, y un babalawo al que pide consejo.
Oluwo: Envíeme su nombre de omolorisa para preguntar sobre la ofrenda adecuada…...
Omolorisa: Oñi okan.
Oluwo: Si me permite una rectificación, debe ser oyin okan, porque en el diccionario yoruba no existe la letra ñ.
Omolorisa: Ahhhh! Es q no sé. Por eso quiero estudiar mucho. Cada cosita rectifíquemela y si puede mándeme por correo algo que me ayude a seguir aprendiendo.
Oluwo: Seguro! Siempre que encuentro alguien como tú, me impulsa a seguir adelante….Muchas gracias.
Omolorisa: Qué vaaaaa, gracias a usted. Ojalá todos enseñaran, así no hubieran tantos desastres por ahí.
Este dialogo complementa la solicitud reciente de Oba Lofún, una ahijada iyalorisa que desde Cuba solicitaba el envío de información que le ayudara a seguir aprendiendo.
En la época actual, como resultado de la movilidad geográfica de los practicantes de Ifá Orisa, han surgido nuevas inquietudes y necesidades para realizar ceremoniales y ofrendas, que demandan respuestas.
En Cuba, desde hace años, podían encontrarse esas respuestas en algunos libros de Ifá Orisa, pero demandaban estudio y análisis. Y como sabemos, esa no es la línea establecida en nuestra práctica, ya sea por herencia, imposición de criterios o por idiosincrasia; y esos libros no recibieron el beneplácito de quienes pudieron crear en los neófitos la costumbre del estudio como recurso indispensable e imponderable para la práctica efectiva de Ifá Orisa en nuestro tiempo y en lugares distantes.
En escritos anteriores intenté hacer entender la conveniencia y necesidad de saber lo que decimos y rezamos en cada momento, y pude comprobar que las personas a quienes se envió la información, continuaban diciendo palabras como yigbon, yurbona, oñi, abure, aburita, etc; sin gastar un poco de tiempo en buscar la información adecuada.
Por más que se dice que la aceptación y el desarrollo de Ifá Orisa depende del esfuerzo y el conocimiento de sus sacerdotes, iniciados y practicantes; la indolencia y la irresponsabilidad no desaparecen.
En este escenario, encontrar omolorisas, con esos principios, sin dudas, impulsa y da esperanzas para continuar intentándolo.
Gracias Aymara Oba Lofun y Francis Oyin Okan!
Y hasta aquí por hoy egbón y aburos.
Que estos ejemplos tengan seguidores!
Mo foribale Ifá Orisa
Okanbi
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